perdí la fe
No todos los días un eclesiástico admite haber perdido la fe. Tras la trágica muerte del nieto de un par de amigos, Daniel decide cambiar de horizonte y visitar varias reservas indígenas en Estados Unidos y Canadá. Los encuentros y descubrimientos que hizo allí le llevaron a avergonzarse del cristianismo al que se adhirió durante más de veinte años. Se da cuenta de que ella ha tolerado la apropiación injusta de territorios en los que los indígenas han vivido durante siglos, así como horribles masacres, y que ha participado en una forzada asimilación cultural y religiosa. Este libro lleva al lector más allá del testimonio personal, a una relectura crítica de la historia, de la visión del mundo occidental y del cristianismo. El autor denuncia sin lenguaje de madera las derivas humanas y religiosas, incluso actuales, que no duda en calificar de ofensas al Creador. Su viaje sorprende y desafía en más de un sentido. Daniel obviamente ha perdido la fe en una institución religiosa cuya expresión de fe no representa al Creador del universo ni los valores enseñados por su Mensajero.